SIETE

A día de hoy ya aprendí vivir sin ti, aprendí lo difícil que es crecer sin un padre, aprendí que por muchos palos que nos llevemos, siempre se sale adelante, por muy difícil que sea. Aprendí a querer y creer sin ver, hallé la fórmula secreta para sentirte a mi lado sin ser físicamente.
Sé que en donde estés, será para cuidarnos, protegernos y amarnos, ya que desde cualquier sitio lo harás.
Me enseñaste todo lo que se, te debo la vida y muchísimo más. Si estuvieras aquí, la vida tendría un poco más de sentido, pero si algo bueno puedo sacar de que ya no estés aquí, quizá sea haber aprendido todo lo que he aprendido en estos siete años sin ti.
No me gusta hablar en pasado porque significa que te has ido, y algo de mi contigo, y se que tú aún sigues aquí. En cada viaje, cada mañana, cada día y cada noche; en cada risa y en cada llanto; a cada paso que damos, o que retrocedemos. Cada vez que nos tiramos de los pelos (que son unas 589 veces por minuto) o cada vez que nos abrazamos, tú estás a nuestro lado tirándonos de las orejas y apretándonos en vez de abrazarnos, con nosotros pero a tu manera. Contándonos un cuento, leído o inventado, viendo Lucky Luck, deseándonos las buenas noches, pero siempre a tu forma tan peculiar. Peleándote con nosotros para ir a Ourense, gritándonos si hacemos las cosas mal o poniéndonos carbón para reyes.
No hubiera nacido donde nací ni crecido con quien crecí sin ti; y eso, a día de hoy, son dos de las cosas más importantes de mi vida.
ORGULLOSA de ti, de mi, de mis apellidos y de mi tierra. TE AMO❤